Guía Singular

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Café de La Pedrera, un balcón privilegiado

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¡¡Hola de nuevo Singulares!!

Estamos muy emocionados por presentaros el espacio de esta semana, que ha sido protagonista en un uno de nuestros eventos de MP Public Relations Services, y nos encantó. ¡Desde aquí un aplauso y agradecimiento muy especial a Ana Alvarado, por su cariño, sensibilidad e implicación en el éxito de nuestro evento!

En primer lugar, debemos destacar que se encuentra en el alma de Barcelona, en el Paseo de Gracia, una de sus calles más míticas y visitadas; pero son muchos más los aspectos que lo identifican como un espacio singular.

Antes de centrarnos en su descripción, vamos a explicar el origen y la tradición que se esconde en sus paredes. En sus inicios, en el año 1916, en este lugar se ubicaba el restaurante de la Pensión Hispano-Americana, que adquirió un gran prestigio entre las familias americanas que visitaban la ciudad. Los motivos eran la fantástica ubicación -en aquel entonces el Paseo de Gracia era el epicentro dela aristocracia y burguesía de la época- además del excelente e impecable servicio y atención al cliente de la pensión.

Décadas más tarde, en el año 2012, el espacio reabre sus puertas bajo el nombre El cafè de la Pedrera, con el fin de rendir un homenaje a lo que fue en 1916. Actualmente, este es un lugar singular que nos remite a la cultura gastronómica y arquitectónica de la ciudad Condal. Como ya habréis adivinado, se encuentra en el entresuelo de la Casa Milà, en la esquina del edificio del famoso arquitecto catalán Antoni Gaudí. Se trata de un espacio ubicado en un edificio modernista, de visita obligada para los turistas tanto locales como extranjeros, exponente de la arquitectura propia de l'Eixample,  nombre que toma el barrio en el que se halla.

Habitualmente funciona como restaurante, aunque también existe la posibilidad de que podáis tenerlo a vuestra disposición para realizar eventos. Nada más observarlo desde fuera ya nos percatamos de algunos de los aspectos que lo hacen especial: su fachada y los grandes ventanales.

En su interior podemos distinguir dos plantas que nos regalan sensaciones distintas al ocuparlas. Al entrar vemos unas pocas mesitas redondas y una barra que da servicio tanto al interior como a la terraza exterior, en los meses que está abierta. Desde esta entrada se accede, a través de una escalera, a la planta superior, habitualmente restaurante y cafetería abierta al público, con una gastronomía basada en la tradición catalana y un estilo de presentación moderno.

La sala permite realizar eventos privados con diferentes estructuras en función del evento que queráis desarrollar. Eso sí, la capacidad varía dependiendo de los formatos: podréis alojar a un total de 120 pax en formato cóctel y un máximo de 30 pax en una sola mesa imperial.

Al tener los ventanales hay una gran cantidad de luz natural pero si se trata de un evento de noche, puede dar mucho juego el uso de luz artificial en distintos tonos. Otro elemento que aporta un valor diferencial son sus techos, originales de Gaudí, con formas ondeantes en color blanco que nos recuerdan a las olas del mar. Al mirar por sus ventanales vemos como el Paseo de Gracia es un lugar con mucho movimiento y trajín por la cantidad de personas que pasean, compran o se dirigen a su puesto de trabajo, sin embargo es curioso porque desde el interior de El Café de la Pedrera lo vivimos como desde una burbuja de paz y sosiego.

Habitualmente acogen eventos relacionados con celebraciones privadas o corporativas, pero el abanico es mucho más amplio, desde una rueda de prensa a un concierto o un taller de escritura como el que se organizamos en MP Public Relations Services, en abril.  “Noches de jazz” es una actividad propia del espacio, en las que sus clientes pueden disfrutar de este estilo de música en directo, al mismo tiempo que degustan la comida y tienen unas vistas excepcionales.

Se trata de exponer vuestra idea a su equipo, que con su excelente profesionalidad y dedicación podrán aconsejaros y ayudaros a que vuestro evento salga a pedir de boca. Se lo toman como si el evento fuera suyo, ¡y esto hace la diferencia!

¿Os apetece vivir la experiencia en primera persona? ¡Animaos porque no os defraudará!