Nuñez de Balboa, ¿eventos en un parking?
Pues sí, se trata de un parking, con sus plazas y barreras.
Es un hecho evidente que la singularidad de un espacio viene dada en muchas ocasiones por la imaginación de sus gestores. Las limitaciones que presenta un espacio interior y subterráneo cuando se va a destinar a una actividad diferente a su función original requiere de grandes dotes de creatividad e ingenio para salir airoso en el reto.
Y este es el caso del parking más moderno y atrevido que hay en Madrid.
Basado en la historia del explorador y conquistador español, Nuñez de Balboa es un innovador aparcamiento privado situado en el barrio de Salamanca, que presenta una llamativa iluminación led, más propia de una película de ciencia ficción que no de un parking o un explorador del siglo XV.
A la vez que la planta inferior se usa como lugar para aparcar vehículos, los eventos se llevan a cabo con total normalidad en la planta superior del espacio. Son 600 metros cuadrados de superficie diáfana para albergar hasta 150 o 200 asistentes.
Los eventos que van más con este espacio son los rodajes y las presentaciones, aunque se han llevado a cabo y están dispuestos a hacer, toda clase de eventos que no requieran de un DJ ni de música alta. El espacio ofrece servicio de WiFi; el resto de los servicios como mobiliario, audiovisuales, … los aporta el cliente. En cuanto al catering no hay exclusividad por lo que puedes disponer de tu favorito a la hora de contratar uno.
La decoración y la estética del lugar es sin más, espectacular. La entrada ya revela de buenas a primeras, que algo singular se esconde dentro.
Una mezcla de tipografía clásica y moderna y minimalista adelanta la mezcla de estilos que esconde el sitio. Siguiendo por la entrada, nos encontramos la iluminación led que envuelve pared y el techo al más puro estilo de “2001: Odisea del Espacio”. Un túnel con arcos de luces que te dirigen bien a la planta superior o bien a la inferior, y unas vallas también con leds incorporados dan o prohíben el paso.
Una vez en el interior del recinto, se descubre una ambientación con dos tonos predominantes: de media pared hacia arriba, colores claros anaranjados simulan ser la luz del sol, mientras que, hacia abajo, unos tonos más oscuros azules y lilas simulan oscuridad. Estos tonos oscuros representan la puesta de sol en el Mar del Sur, nombre que Nuñez de Balboa dio al océano Pacífico.
Al levantar la mirada, se descubre en el techo una serie de imágenes del descubridor realizadas con la técnica del puntillismo, acompañadas de frases que narran cómo Nuñez de Balboa divisó por primera vez la puesta de sol que está representada en las paredes.
Estamos ante un espacio que más allá de acoger eventos, cuenta un pedacito de historia dejando boquiabierto a más de uno. ¿No creéis?