La Bodega de los Secretos, un espacio mágico e ideal para el “Carpe Diem” situado en el Barrio de Las Letras muy cerca del Prado y del Centro de Arte Reina Sofía.
Esta semana hacemos un viajecito hasta la capital, concretamente a la bodega más antigua de Madrid, La Bodega de los Secretos, en el centro de la ciudad.
El local se divide en tres espacios: la sala principal, la galería del vino y la sala de cúpulas, es decir, la sala de los semireservados.
A la hora de organizar un evento se puede alquilar en su totalidad o por partes. No se permiten demasiadas transformaciones del espacio a la hora de personalizarlo con aplicaciones, ya que intentan preservar la propia decoración del espacio y hacer visibles las cúpulas y el ladrillo visto de las paredes. En conjunto se respira una sensación de austeridad con un toque de elegancia que aporta su decoración poco recargada para resaltar los materiales originales.
Los eventos que mejor encajan en este espacio son los empresariales, como presentaciones de productos y talleres, y eventos sociales de máximo 80 personas en cóctel y 90 sentados. En una misma sala, en formato teatro pueden caber hasta 44 personas. Cabe destacar, que esta joya arquitectónica ha llegado a oídos de la televisión y el cine y ha albergado rodajes para la serie Águila Roja y la película Ángeles y Demonios.
En cuanto a su cocina es de vocación mediterránea de vanguardia, llena de contrastes y de matices, ya que a lo que le dan más importancia es al sabor y a que su carta siempre esté repleta de productos de temporada.
Sus orígenes se remontan al siglo XVII cuando se construyó la primera galería para la crianza del vino. Con el paso del tiempo, los monjes de San Felipe Neri, ampliaron la bodega incrementando el número de galerías, esta vez en forma de claustro, que actualmente son los llamados “semireservados”, espacios con más intimidad y privacidad.
Mediante la rehabilitación del espacio se han descubierto bayonetas de la época de guerra de Napoleón y armas de la Guerra Civil, por lo que estos pasadizos se utilizaban como vías de escapatoria. E incluso, se han encontrado clavos de Cristo, símbolos Masónicos, entre otros.
Tal y como nos comentan desde La Bodega de los Secretos, este es un espacio mágico e ideal para el “Carpe Diem”.